Así se vivió el Carnavalito de Música Andina y Latinoamericana 2024

El pasado fin de semana hicimos posible la vigesimotercera versión del Carnavalito de Música Andina y Latinoamericana en El Carmen de Viboral; disfrutamos de unos días increíble entre zampoñas, charangos, bombos y toda una fusión de instrumentos, ritmos y sonoridades que reflejaron el mestizaje de los pueblos andinos.

Queremos destacar algunos datos, a propósito de este Festival:

  • Contamos con 11 mil espectadores aproximadamente.
  • 16 agrupaciones musicales nos acompañaron.
  • Más de 170 artistas de El Carmen de Viboral, la región y todo el país fueron parte del escenario del Carnavalito.
  • Contamos con la presencia de una agrupación internacional invitada: el grupo Altiplano; un hito importante para este festival musical y el género que promueve.
  • Realizamos la Feria Andina con productos artesanales y gastronómicos, feria que cerró con un balance en ventas de 10.433.000 (diez millones cuatrocientos treinta y tres mil pesos).
  • Actividades descentralizadas y formativas también fueron parte de la programación del Festival, contando con una significativa asistencia.

Un balance que nos habla del posicionamiento del Carnavalito y las músicas andinas latinoamericanas para la comunidad carmelitana y la subregión, del impacto de los festivales para la vida cultural de nuestro municipio y de su valor como espacios dispuestos para el encuentro, el disfrute y la convivencia pacífica alrededor del arte, la música y la cultura ciudadana.

Queremos destacar la realización de actividades descentralizadas donde nos vinculamos con organizaciones y distintos colectivos culturales, movilizando apuestas desde el arte y el cuidado ambiental. En este sentido, destacamos la realización de una intervención artística con la memoria gráfica del Carnavalito denominada “Nativos Mural”, que tuvo lugar en la Institución Educativa Técnico Industrial Jorge Eliécer Gaitán. Así mismo, la jornada de siembra de 200 árboles nativos en la vereda Alto Grande, una invitación al cuidado ambiental de las zonas aledañas a las reservas de agua y los acueductos veredales.

Las jornadas académicas del Carnavalito permitieron el diálogo alrededor de la música, la dosificación del aire para la interpretación de instrumentos de viento y los rituales asociados a la tradición andina. Otro de los espacios formativos abordó el ofrecimiento del alimento, estableciendo relaciones y conexiones íntimas entre la comida, el canto y la sociedad.

Los conciertos en Sala y en el parque principal, contaron una masiva asistencia de un público que vibró con las propuestas musicales de los distintos invitados; 16 agrupaciones pasaron por el escenario del Carnavalito interpretando composiciones propias y canciones conocidas del floclore latinoamericano que permitieron la comunión a través del canto y el baile.

No podemos dejar de mencionar como un hecho histórico para el Carnavalito, la presencia de un grupo musical internacional que ha sido referente en las músicas andinas y prehispánicas, el grupo Altiplano, quienes vinieron a compartir con nosotros su creación musical durante 47 años de existencia entre Chile y Ecuador, pero también un hacer artístico y cultural que ha bebido de las sonoridades de otros lugares del mundo y se ha permitido la experimentación y creación concibiendo la música como un solo lenguaje. La visita del emblemático grupo chileno, y de su director Mauricio Aquiles Vicencio, nos invitó al encuentro y la reflexión alrededor de las sonoridades, instrumentos, tradiciones y rituales de los Andes; un diálogo que se hizo cotidiano y frecuente en los días de Festival y con la presencia de Mauricio habitando distintos lugares de nuestro municipio y aceptando la cercanía de músicos y espectadores que quisieron conversar con él.

Durante estos días de Carnavalito gozamos, entonces, con un festival que nos permitió el encuentro alrededor de lo que somos como pueblos andinos, entrelazar nuestras culturas y apreciar las sonoridades que dan cuenta de nuestro folclore y del mestizaje que nos caracteriza.

Como Instituto de Cultura resaltamos el maravilloso comportamiento de los asistentes; un público cercano, cálido y respetuoso que año tras año asiste a este festival. Así mismo, destacamos la posibilidad del encuentro y el disfrute de familias, amigos y toda una comunidad que escuchó, cantó y bailó con sanjuanitos, capishcas, zambas y tantos otros ritmos y sonoridades que pudimos apreciar.

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