Ciclo de cine: Por los caminos del Este. Segunda temporada 2025

Por los caminos de las cinematografías del Este: la primavera checa, selección de autores

Ciclo de cine – primera temporada del 2025 (Junio – septiembre).

Escrito por Grupo Kinoks

Desde la segunda mitad del siglo pasado, el cine checoslovaco se convirtió en una de las cinematografías más innovadoras y modernas de Europa, al combinar elementos de la sátira, del surrealismo y del realismo poético en la exploración de campos tan diversos como la animación, la ficción, el documental y el experimental. Una riqueza formal y expresiva sin límites que se enmarca en las particularidades históricas de una región y un pueblo en disputa, primero por las invasiones alemanas (antes y durante la segunda guerra) y posteriormente, por los dictámenes del bloque soviético tras el pacto de Varsovia en 1955 hasta su disolución en 1991.

En este contexto, la búsqueda por la libertad de expresión así como por la apropiación de los medios de producción cinematográficos, significó una lucha permanente para los artistas checoslovacos. Hay que recordar la ocupación de los estudios Barrandow por los nazis, quienes los explotaron e hicieron uno de los centros de producción de propaganda más prolífico de Europa hasta final de la guerra, y que poco después, fueron tomados por los rusos al servicio de los discursos de adoctrinamiento del realismo socialista  durante varias décadas, bajo las políticas culturales del partido.  El cine fue, por lo tanto, objeto de interés político de primer orden, tanto para la ex Unión Soviética como para los países de la Europa del Este, lo que llevó a una rigurosa protección, y por ende, vigilancia ideológica sobre las obras y los autores. En el caso checoslovaco la censura fue más flexible frente al control estalinista, gracias a las políticas locales que se resistieron, a lo que asumían como una imposición centralizada y absurda del poder soviético, sin embargo, los hechos violentos ocurridos en el inverno del 1968 con la llegada de los tanques rusos y el asesinato de estudiantes en las calles, desató un parteaguas y el final de una posible esperanza de cambio dentro del socialismo imperante, a partir de una de las mayores movilizaciones sociales de la historia moderna, la llamada Primavera de Praga.

Así, con el título de este segundo ciclo: Por los caminos de las cinematografías del Este: la primavera checa, selección de autores, queremos entender la singularidad de una “primavera” en tanto movimiento estético, cultural y político, cuyas potencias se remontan a la herencia literaria de Kafka, así como al espíritu vanguardista permeado por el grupo de artistas de la Devětsil de donde emergerá una fructífera relación con el surrealismo, extendido por los checos a su propio territorio creativo a través de revistas como Surrealismos, fundada Vítězslav Nezval en 1934 y Analogon del setenta, dirigida hasta la actualidad por el cineasta y animador Jan Švankmajer. Según Švankmajer, el surrealismo no fue solo un movimiento creado por una generación de artistas, fue un modo de resistencia que trascendió las generaciones y las épocas capaz de resguardar la libertad de expresión de los cineastas, y en particular, de los animadores. El surrealismo checo, afirma, es el más longevo del mundo y no ha perdido nada de su vigencia.  Aunque la animación checa merecería una programación completa dada su importancia y proliferación de trabajos en formato de cortos y mediometrajes, presentaremos en este ciclo dos de los largometrajes Švankmajer en el que participan actores, marionetas y animaciones de diversos materiales en stop motion, lo que da vida a un universo onírico, erótico y satírico. El erotismo también será apreciado en la película homónima de la novela Valeria y la semana de las maravillas, 1970, escrita por Vítězslav Nezval y adaptada por Jaromil Jireš con un tono gótico.

Del mismo modo, la presencia de otros escritores como Bohumil Hrabal, Alfonz Bédnar o Milan Kundera resultan fundamentales en la búsqueda de una atmósfera visual volcada hacia el mundo interior de los personajes y de sus vidas cotidianas que el espectador tendrá la oportunidad de ver en obras que trazaron los caminos de la  renovación de la Nova Vlná (nueva ola checa) como La red en los tejados, 1963 de Štefan Uher o La broma 1969 basada en la novela de Kundera y adaptada por Jaromil Jireš.

Y para completar esta constelación de autores seleccionados, el ciclo presentará un conjunto de obras de František Vláčil participante de la primera generación de directores de la postguerra, entre ellas la trilogía medieval compuesta por la obra maestra Marketa Lazarová, 1967, una introducción alucinante al medioevo y su horizonte simbólico que hacen de Vláčil un poeta de la imagen, la luz y la sombra del cine checoslovaco de todos los tiempos.

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