Escrito por: Alejandro Arcila, integrante de Opinión a la Plaza.
Obra de teatro La razón blindada de Teatro Malayerba (Ecuador) en el XXII Festival Internacional de Teatro El Gesto Noble (2017).
Fotografía: Alejandra Londoño.
A esta obra no entran los perros
Escrito por: Alejandro Arcila, integrante de Opinión a la Plaza.
Cuando abrieron las puertas del teatro el primer espectador en cruzar el umbral fue una perrita callejera. Desde la primera fila Jorge Eines gritó: “Sáquenlo que a esta obra no entran los perros”. Después de ver la obra la afirmación queda en duda: ¿No entran los perros? Contra la ortodoxia teatral y literaria La razón blindada, de Teatro Malayerba, rompe esquemas y juega a la libertad. Le pregunto a Arístides Vargas sobre lo dogmático y lo libre, la relación entre lo sagrado y lo profano, el apego a una obra literaria y la versión libre, el teatro al que no entran los perros y una obra en la que, definitivamente, tienen que estar los perros.
Conversamos:
Este festival coincide con las fiestas patronales de El Carmen de Viboral, se da un juego entre lo sagrado y lo profano. ¿Cree que ambas cosas comulgan en el teatro?
El festival es una fiesta donde participa la comunidad, las obras son una reflexión en torno a la vida en comunidad. Eso merece ser festejado. Un festejo así puede no estar directamente relacionado con la fiesta de la Virgen, el teatro es carnal, es la fiesta de la presencia del cuerpo, es el cuerpo en el momento en que se observa y eso le da un carácter profano. Pero al mismo tiempo permite la reflexión comunitaria, en esa reflexión hay algo de sagrado. Creo que la Virgen debe verlo con buenos ojos.
El cuerpo… Vimos La razón blindada que es una obra casi acrobática ¿Cómo es la preparación física para una obra así?
Sin dudas el actor debe estar entrenado para asumir la otra realidad. Es decir, el cuerpo del actor debe estar entrenado para asumir la realidad ficcional, se requiere un gran entrenamiento porque tu cuerpo debe dejar de ser el cuerpo ordinario para transformarse en uno extraordinario. Para asumir la ficción debes estar muy entrenado y en ese sentido nuestra compañía entrena mucho tiempo para alcanzar este cuerpo extraordinario.
¿Y la voz?
La voz es uno de los pocos instrumentos con los que contamos. No se requiere tan solo una voz potente, se debe tener una voz para ser vista. Cuando un actor habla el espectador ve, no solo escucha. Esto parece una paradoja pero es apenas una metáfora de la función de la voz, alcanzarla requiere, como en el trabajo del cuerpo, una disciplina. Nosotros entrenamos las voces con esa intención, hacerlas visibles.
La obra hace una referencia al Quijote atravesada por un contexto que sólo se revela al final ¿Por qué el Quijote?
El Quijote es un personaje que es libre mientras imagina; al final cuando recobra la razón, muere. Todo su ejercicio en torno a la libertad se da cuando está atacado por esta locura. Para mí es el paradigma de la libertad. Además, Cervantes escribe parte de El Quijote mientras está preso. Esto junto al texto de Kafka: es una gran idea que sea justamente Panza quien inventa algo tan descabellado. Y lo otro es que cuando yo le pregunté a los presos políticos por qué se narraban estas historias, ellos me respondieron: “para divertirnos”. Llega la risa para liberar emociones.
Hablando de esto, la escena de los perros, alguien decía que sobraba. Yo lo veo como un recurso válido: los presos que se cuentan chistes.
Y no sólo eso, es un recurso muy culto. Es el único material en la obra que no es del Quijote, pero es de Cervantes: Diálogo de perros. Los personajes se van por la tangente y comienza a nacer el diálogo de perros, el juego consistía en contarse lo que recordaban y lo que no. Eso nos dio una gran posibilidad: no nos importa tanto la precisión literaria sino el desorden, el caos y la libertad.
Lo sagrado y lo profano, la precisión y la libertad…
Sí, lo que lees no es exactamente lo leído, si no lo que queda. Medio Mundo se llama la red con la que pescas, lo que quedó en tu medio mundo te pertenece. No te queda todo El Quijote, te quedan elementos. La pregunta sería ¿por qué esas partes?, lo que responde la obra es que lo recuerdas porque lo necesitas, cuentas lo que necesitas.