Amor entre libros

Escrito por: Wilson Escobar Ramírez

Galería de amor

Fotografía: Juan José Zapata- Oficina de Comunicaciones del Instituto de Cultura El Carmen de Viboral.

Escrito por: Wilson Escobar Ramírez

Un divertimento. Así anuncia Kamber Betancur el último espectáculo de su grupo Teatro Tespys, titulado “Galería del amor”.

La puesta se basa en la obra del autor y director colombiano Críspulo Torres, director de Teatro Tecal de Bogotá, a quien se la ha rendido un homenaje a su vida y obra en esta edición del festival.

Galería del amor se basa en una de las piezas de pequeño formato, “Los investigadores”, en la que se narra la historia de Marco, un tímido, circunspecto y muy cuadriculado funcionario de biblioteca, quien recibe a una joven estudiante universitaria, que recala allí para hacer una tarea sobre historias de amor ocurridas en la ciudad. De aquel tímido encuentro bibliófilo surge un coqueteo cómico que deambula entre la realidad y el deseo.

Se trata de un texto en apariencia grácil y divertido, pero que en lo profundo deja ver entre líneas la dificultad de amar, el ímpetu de las relaciones humanas cuando estas se enfrentan a la fragilidad de los instantes y a “la confusión de los sentimientos”, como bien titula su novela Stefan Zweig.

Pero Galería del amor no tiene esa excelsitud que expone el escritor austríaco en sus novelas sobre la tribulación amorosa.

Tampoco le interesa auscultar en el psico-drama, tan caro al teatro del cono sur y del que han salido piezas memorables de la mano de Spregelburd en Argentina, o de Calderón, en Uruguay. Acá, el texto está al servicio de un divertimento creado por la incomunicación de los amantes, y así lo entienden Kamber y sus actores.

La función oficial en El Café Teatro inició bastante tímida, quizás porque el actor Carlos Andrés Soto no lograba encontrar el punto de contención de un personaje que le fue esquivo en su faceta de un ser huraño y psico-rígido. Pero su actuación gana, y con él el ritmo de la obra, cuando Marco, su personaje, se transforma en un ser extrovertido, seductor y atrevido con la joven estudiante. Allí aparece el actor más metido en su personaje y logra unos pliegues interpretativos de buena comicidad y juego con la joven actriz.

En adelante, el texto pasa por los actores, que se regodean en él para transmitirle ese divertimento a un público cómplice, que está dispuesto a pasar un buen rato en un espacio que lo permite, como es el Café Teatro.

No hay pretensiones mayores en este trabajo, ni se puede rastrear en él el len¬guaje y las búsquedas estéticas del grupo carmelitano. Tan solo es un divertimento que permite el buen convivio entre actores y espectadores.

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