Diálogo con Fabio Rubiano y Marcela Valencia: Polifonía de la mutabilidad escénica

Escrito por: Julián Acosta Gómez, Promotor de Lectura de la Sala de Lectura José Manuel Arango e integrante de Opinión a la Plaza.

Marcela Valencia y Fabio Rubiano después de la función de Yo NO estoy loca de Teatro Petra en el XXII Festival Internacional de Teatro El Gesto Noble.
Fotografía: Fabián Rendón Morales.

 

Los espacios del restaurante estaban colmados y las palabras transitaban con dificultad. Fabio Rubiano y Marcela Valencia esperaban el almuerzo. Hace treinta años fundaron Teatro Petra y han visitado el festival de teatro El Gesto Noble con la obra Yo (NO) estoy loca. Habito su mesa y las palabras se entretejieron como una manta:

 

Monólogo de cómo una obra se transforma

Escrito por: Julián Acosta Gómez, Promotor de Lectura de la Sala de Lectura José Manuel Arango e integrante de Opinión a la Plaza.

(Fabio Rubiano indaga en los rostros de sus acompañantes. La cuchara entra en la boca. Habla. La cuchara entra en la boca. Habla. Al final de cada frase una sonrisa le abre el rostro).
Yo quería estudiar teatro, pero no deseaba hacerle ese daño a mis papás (risas). Yo inicié cuatro carreras, ninguna la terminé. Lo único que me dominó fue el teatro. No sé si tenga la capacidad para hacer todo como otras gentes de teatro… partamos de que el teatro es un arte promiscuo, el teatro está emparentado con muchas artes y da la sensación de que se puede hacer fácil… y cuando se hace uno se entera de que no es tan fácil (La voz se le rompe en pequeños espasmos). Uno tiene una actitud performática con las artes vivas en el escenario y eso tiene que servir para la concreción de una acción dramática, no solamente para que sobreviva la acción plástica en sí; la acción plástica no es el fin sino el medio para relatar algo que nosotros queremos. A veces en los escenarios la poesía aparece porque sí, no porque el actor la necesita, solo porque le suena bonito… eso es un problema. Todo lo que suene bonito o parezca bonito tiene que desaparecer, lo que debe hacer es ayudar a la acción, a la tensión… a la construcción de la fábula. Nosotros tenemos la facilidad de cortar escenas sin asco. (le pregunto sobre el proceso que llevan las obras). Las obras siempre cambian. así las obras lleven un año, tres meses, las obras son susceptibles de transformarse, entonces, digamos, es un proceso continuo, permanente y creemos mucho en lo que sucede en el escenario.(¿cómo se relacionan con el texto?, pregunto?). Nosotros, trabajo de mesa, jamás hacemos. O lo hacemos una semana antes del estreno, cuando la obra ya ha respirado en el escenario, porque si nos ponemos a pensar en asuntos formales o académicos antes del trabajo en escena a mí me parece que el trabajo se afecta. Nunca trabajamos sobre texto fijo, de hecho no trabajamos sobre el texto, los actores leen para enterarse de qué va la obra pero lo que hacemos es trabajar con elementos alternos. (indago el espectáculo que presentarán en El Festival). Para Yo (NO) estoy loca presentamos a una mujer que contradice los estándares sociales y cuando uno es frontal, puntual, directo ¿qué le dicen? y ¿cuando es una mujer?…dicen: esa vieja está loca, aquí nos da miedo la confronta-ción, ser honestos, discutir con argumentos… Octavio Arbeláez tiene una frase muy buena que dice: Colombia se solucionaría si hiciéramos dos cosas, discutir más y matarnos menos.

Monólogo de cómo una actriz se forma

(Marcela Valencia apresura el líquido de su sopa. En el fondo del recipiente quedan los restos de verduras maltrechas. Los ojos adelgazados por la fatiga. Voz rocosa. Movimientos contenidos).

No tengo ni idea de cómo llegué al teatro. Simplemente un día dije: “quiero estudiar actua-ción”. Pero no puedo decir que yo de niña siempre soñaba con el escenario ¡no! (lo dice alar-gando las vocales finales, como haciendo de la añoranza una ironía). A veces pienso que el uni-verso lo pone a uno donde tiene que estar. El universo lo ubica a uno, ¡sí! Yo no puedo decir: “Yo me la pasaba en teatro, yo veía teatro” ¡no!…. yo ni veía televisión. (le hablo de su proceso de creación de personajes. Levanta la mirada como escudriñando la respuesta en el vacío). A mí siempre me ha costado responder ese tipo de preguntas (aprieta el rostro con un desdén inquieto). Yo llego al teatro, llego al escenario como limpia y en los ensayos me empapo de las cosas, del texto… no me pregunten cómo pero en el ensayo uno hace como un click, algo se mueve, incluso dentro de las funciones, en el público, nacen más cosas, por eso yo siempre he dicho que el teatro si no se ensaya no sale, eso de que: “de pronto yo mañana hago tal cosa” eso es carreta. El teatro se tiene que ensayar. El cuerpo es inteligente.

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