Imaginarios II. Fabuladores.

Escrito por: Julián Acosta Gómez, Promotor de Lectura de la Sala de Lectura José Manuel Arango e integrante de Opinión a la Plaza.

Comparsa Cenizas en el Carnaval de Comparsas XXIII F. I. T. El Gesto Noble.

Fotografía: Alejandra  Londoño – Oficina de Comunicaciones del Instituto de Cultura El Carmen de Viboral.

Escrito por: Julián Acosta Gómez, Promotor de Lectura de la Sala de Lectura José Manuel Arango e integrante de Opinión a la Plaza.

I.

Previo a transcurrir en las calles un arlequín ensaya en su rostro las pinturas de la máscara. Desliza los pinceles en la piel y el espejo nombra a otro que lo habita. Desliza los pinceles en la piel y el hombre del cristal lo mira con frialdad socarrona. Existe en la pluralidad y las músicas que se abren paso en la oquedad del baño se trasladan a sus caderas. El vaivén se abulta en el abdomen y crece en los pies. El vaivén se anula en el cuello que cuida el surgimiento del hombre en el espejo. La tarea es lenta y ritual como el nacimiento. Cuando ya no quede nada en el cristal y sus formas entren en reposo será él, agazapado, en la sonrisa de quienes asistirán a su espectáculo.

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Comparsa “Hinchas por la paz” de la Casa de la Juventud de El Carmen de Viboral en el Carnaval de Comparsas XXIII F. I. T. El Gesto Noble.

Fotografía: José Alejandro Palacio –Proceso de fotografía del Instituto de Cultura El Carmen de Viboral.

II.

Para un país condenado a la ruptura y el oprobio, la comunión de la diversidad resulta un paraíso ilusorio. Para un país crecido en las estirpes del odio, las diferencias de colores no completan la pluralidad cromática sino que concretan el silencio de la sangre. Es un hecho de justicia poética que los hinchas de equipos futbolísticos condenados a la pugna se entrelacen en la danza, la música y el teatro. La comparsa de Hinchas por la Paz es un mausoleo erguido para todos los que han sido tomados por el hervor del fútbol. La pasión que en otros tiempos fue entendida como una guerra hoy vuelve sus ojos al carnaval. Caminan enlazados unos con otros los seguidores de Atlético Nacional, Medellín, América y Millonarios. Las risas diluyen los tiempos del estigma. Adelante de ellos unos niños juguetean con balones enormes que el público de la comparsa no teme lanzar hacia el cielo como otros soles.

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Comparsa “Magia verde” de la vereda La Milagrosa de El Carmen de Viboral en el Carnaval de Comparsas XXIII F. I. T. El Gesto Noble.

Fotografía:Jhon Zapata –Proceso de fotografía del Instituto de Cultura El Carmen de Viboral.

III.
El niño está está aferrado al brazo de su madre. Los personajes de la fantasía atraviesan sus ojos y él atina a contraer los parpados cuando las formas que percibe se asemejan a las pesadillas. Seres que no encontraron asilo en las tumbas se avecinan en la caravana. La lentitud de la escena traslada la ansiedad a sus rodillas que se agitan como maracas. Levanta la mirada. La madre no se anula al espectáculo. Aprieta su cabeza contra el brazo. Levanta la mirada. Una mujer del grupo posterior entrega un presente a una niña cercana. La curiosidad del niño deja de lado a su madre y a la muerte que se próxima, indaga en las manos de la niña y no ha notado que una mujer de movimientos lentos y ropajes sombríos le acaricia el cabello. La mujer lanza un grito que le habría arrancado el alma a los más osados. El niño se lanza hacia atrás y su madre evita la huida. Los espectadores acuden a la risa y al enternecimiento, hay quienes intentan tranquilizarlo pero en la mirada del niño no habitaba el terror sino la perplejidad de quien ha sobrevivido a la brutalidad de la fantasía.

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Comparsa Sueños Dorados  “” del Grupo de la Tercera Edad de El Carmen de Viboral en el Carnaval de Comparsas XXIII F. I. T. El Gesto Noble. 

Fotografía: Andrés Alzate Idárraga – Oficina de Comunicaciones del Instituto de Cultura El Carmen de Viboral.

IV.

Allá está la danza que ha sembrado en sus cabellos las flores. Allá la danza y ellas la siguen entre los paseantes que se unen a su baile. Ellas intemporales, ya sin el ropaje naranja ni los instrumentos de banda que interpretan en las festividades municipales. Dan los pasos lentos y poderosos como las matronas de los rituales.

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