Cinco cuadros carmelitanos y una comparsa para imaginar la vida

Escrito por: Jenny Giraldo García, integrante de la Cuarta Pared.

La lluvia llegó en el momento justo, las comparsas ya llegaban al Parque Simón Bolívar y el público, que ocupaba las aceras de unas 14 cuadras del pueblo, también se reunía para ver profusión de máscaras, colores, figuras ya cansadas pero aún enérgicas, rostros ya sudorosos pero aún sonrientes. Ese fue el final. Pero antes de eso, la tarde hizo su gesto más noble con el Carnaval de Comparsas. Casas y negocios alrededor lucían su fachada festiva: máscaras, marimondas, globos y serpentinas que anunciaban que El Carmen de Viboral estaba de fiesta. Este año se sumaron 28 comparsas, unos 900 artistas en ese escenario que es la calle: músicos, bailarines, actores y actrices; los que van en zancos, los que van brincando, los que se arrastran, los que no se ven porque dan vida y movimiento a enormes muñecos.

Una comparsa es un compartir; y se comparte entre amigos, quienes participan de ella llevan por nombre comparseros, y es sonoro el juego de palabras que resulta con esa forma tan de aquí de llamar a los amigos: podemos decir entonces que la comparsa es un encuentro con parceros. Y esa cercanía se nota en las comparsas carmelitanas; familias enteras que se juntan, grupos de amigos y amigas, el club de la tercera edad; es decir, colectivos que ya existen, que ya son unos con otros; no se trata de grupos artificiales que se encuentran una vez al año; estos son grupos cuya experiencia estética se configura en la cotidianidad, en sus preguntas, sus gustos, en el cariño y la amistad.

***

Cuadro Uno

Campesinos que corren abrumados y amenazados por fantasmagóricas figuras con sellos de grupos armados; una carreta tirada por un caballo, una pequeña parcela con sembrados, una casa de coloridas cortinas y música de cuerdas. Así se ve y se escucha la comparsa de Antorcha, un colectivo de jóvenes que participa desde hace tres años. Por su trabajo, han explorado las miradas que tienen los campesinos con relación al conflicto armado y a la construcción de paz; por eso, este año, su apuesta fue dejar que los asistentes observáramos la Identidad campesina: una historia de resistencia, como llamaron a su comparsa. Carolina Flórez y Daniela Zuluaga son estudiantes universitarias y comparseras de Antorcha; para ellas es evidente la apropiación que se tiene del carnaval, se ha ido haciendo parte de la identidad carmelitana.

***

Cuadro Dos

corp cometa FT.Farley Giraldo

¿Han escuchado ustedes que las mujeres de El Carmen son brujas? Pues ellas llegaron al Carnaval de Comparsas, y como si de Halloween se tratara, revolotearon con trajes negros y naranjas, con gorros de punta alta, con ojos brillantes y sonrisas pronunciadas. Dicen que las mujeres de este pueblo tienen un encanto particular y que quien se enamora de alguna de ellas, no se devuelve. Ese es el “encanto carmelitano”, tema que eligieron las mujeres de la Corporación Cometa para su comparsa. Es posible que ese encanto provenga de las posibilidades que tuvieron las carmelitanas con la industria de la cerámica, que abrió puertas para que se incorporaran a la vida productiva y al espacio público; por eso, parte de la comparsa es el horno, símbolo de la industria de la loza. Alrededor de él, las brujas, que no son más que mujeres haciéndose visibles, bailando, amando, sonriendo y diciéndole a todo un pueblo que tienen encanto y poder.

Cuadro Tres

etnia FT.Farley Giraldo

Una familia completa: mamá, hija, nuera, hijo, primos, nieta, nieto y la esposa del primo. Llegan por tercera vez al Carnaval de Comparsas y este año esperan ganar. Sus rostros brillan por el maquillaje bien cuidado y luminoso, sus penachos y plumajes son de colores intensos. Se llaman Etnia y hacen un homenaje al maíz, alimento ancestral de culturas indígenas que, en forma de arepa, sigue haciendo parte de la dieta de los paisas. Materiales reciclables, capachos de maíz, hojas de palmeras y fibras de yute fueron las materias primas para su vestuario. “Esto es puro hobbie”, dice Margarita Sánchez, la líder de esta cuadrilla. Este grupo, unido por sangre o apellido, tiene por costumbre disfrazarse en épocas decembrinas o en las celebraciones de finales de octubre. Familia que ‘comparsea’ unida…

Cuadro Cuatro

fabega FT.Juan José Zapata

La música se pasea por las calles de El Carmen de Viboral; ha tomado forma de notas musicales, de tambores y baterías que ruedan por el piso. “La música mueve el mundo” es el lema con el que la Familia Fabega (Betancur García) se ha reunido para ensamblar su comparsa. Incluso con los más pequeños, que viajaron dentro de instrumentos musicales, esta familia le apostó a un encuentro de sonido y movimiento. Su colorido paso nos recordó que, entra tantas cosas que hacen de nosotros lo que somos, también están las canciones aprendidas, las que tarareamos, con las que vibramos.

Cuadro Cinco

Sueño dorados FT.Alejandra Londoño

La cerámica de El Carmen de Viboral ha tomado vida y ha salido a bailar. Sueños Dorados, el grupo de adultas mayores de la Casa de la Cultura, hizo un tributo a ella. Faldas blancas de abundante tela se movían a la intemperie, todas con alguna de las tradicionales pintas que decoran platos, bandejas o pocillos; Carmelinas, Viborales y Florelbas se contonearon al ritmo de la música; las sonrisas y la alegría le sumaron a la magia de esta comparsa, cuya vitalidad alcanzó también para acompañar a la Virgen del Carmen en la procesión de esa misma mañana, a la que asistieron como banda marcial.

***

Las cinco comparsas locales no provienen de grupos profesionales, existen por el deseo de ser, de compartir, de crear. Por ello, el Instituto de Cultura y El Gesto Noble dispusieron recursos y acompañamientos para fortalecer sus procesos. Ricardo Flórez, de Teatro del Sur (localidad de Bosa, Bogotá), fue el profesor que estuvo cerca de ellas. Para él, “es necesario fortalecer estos grupos tan bonitos, que tienen sus formas particulares de ver la vida, de vivir el arte y de vivir el Festival. Además, esta es su forma de ofrecer un regalo a su pueblo; su comparsa es el gesto que ellos devuelven a El Carmen de Viboral”.

El Carnaval de Comparsas es el lugar de la celebración comunitaria y de la identidad carmelitana, es el momento de la ruptura de la cotidianidad, es la apertura de la “semana mayor” de El Carmen de Viboral. Es, como diría el antropólogo Manuel Delgado, “trastocar ese proscenio para la vida cotidiana que es la calle y la plaza, dislocarlo hasta obligarle a desvelar sus funciones ocultas, pero constantemente insinuadas”. Y es, además, la promesa del encuentro del año que viene.

Ir al contenido