Finalizamos el III Simposio de Arqueología del Oriente Antioqueño

Por: Natalia Giraldo, Unidad de Patrimonio Instituto de Cultura.

El tercer Simposio de Arqueología del Oriente Antioqueño, cuyo eje central fue el poblamiento temprano de esta región, nos llevó a memorias que siguen latiendo en nuestra cotidianidad y que nos recuerdan que “el pasado no ha pasado” y que, más bien, somos la continuidad de acciones, saberes y dinámicas que desarrollaron esos antiguos pobladores donde el territorio sigue siendo ese hilo conductor que vincula el tiempo pasado y presente.

Este evento reunió a destacados expertos en arqueología, investigadores, académicos y autoridades locales que discutieron sobre los hallazgos arqueológicos más antiguos de la subregión cuyo conocimiento y divulgación es fundamental para la comprensión del poblamiento de Sudamérica. Para esta versión, el municipio anfitrión fue El Carmen de Viboral donde la Casa de la Cultura y Museo Sixto Arango Gallo fue el recinto que acogió a organizadores, ponentes y asistentes durante esta jornada.

Es importante resaltar que el simposio nace por el interés común de un grupo de personas en torno al patrimonio arqueológico, quienes se denominaron inicialmente como Mesa de Trabajo de Arqueología del Oriente Antioqueño. Esta Mesa se encuentra conformada por habitantes de diversos municipios de la subregión, entre los cuales hay académicos en diversas disciplinas, investigadores en arqueología e interesados de forma empírica en el patrimonio arqueológico e histórico. Como colectivo, tienen una apuesta fundamental de impulsar la investigación, protección y difusión de este patrimonio para el desarrollo de la zona y como forma de conocer, proteger y dar valor a la cultura de los municipios orientales.

Nuestra historia como especie ha sido un viaje, estamos vivos porque estamos en movimiento, dice una canción de Jorge Drexler y, desde hace 20.000 años atrás, explicaba el ponente Nicolás Loaiza, estamos intercambiando flora y fauna de un lugar a otro, buscando nuevos paisajes y horizontes en un planeta que ha cambiado profundamente. Hemos podido saber sobre estos datos por materialidades que, por azares y condiciones particulares, han quedado en el presente como pequeños fragmentos de una vida pasada que nos cuenta relatos de la existencia de esos primeros pobladores.

La llegada de los primeros pobladores al continente americano ocurrió hace 15.000 años atrás, donde el planeta experimentó grandes cambios evolutivos en periodos cortos. En Colombia los hallazgos más antiguos son de 12.000 años atrás y con los análisis de laboratorio se han podido llegar a conclusiones de que estos pobladores manipulaban maíz, batata o yuca, pero no podremos saber la forma en la que eran preparados. De esta manera, los fragmentos que se van develando del pasado son una pequeña ventana hacia el pasado, que deja entrever pinceladas de esos antiguos habitantes, pero no los detalles e historias a profundidad.

Así mismo, en este simposio se abrió una pequeña puerta a ese pasado de los primeros pobladores del municipio, por medio de los estudios del sitio El Pedrero, ubicado en el sur occidente del municipio. En este sitio, desde 1996 se han empezado a desarrollar investigaciones arqueológicas por el interés de la familia Giraldo Tobón quienes trabajaban la agricultura en este terreno y empezaron a encontrar una cantidad de piedras, como cantos rodados, que no tenían una explicación natural de estar en ese lugar. La curiosidad de saber más sobre esos artefactos hizo que la familia gestionara un primer estudio que dio cuenta que se trataba de un taller de líticos de una ocupación muy antigua.

Después de más de veinte años se continúan los estudios de este sitio, por medio de un programa de arqueología preventiva, que da cuenta que este lugar tuvo una ocupación desde los 8.000 hasta los 4.000 años atrás. Los pobladores del sitio El Pedrero eran conocedores del territorio, intercambiaron artefactos con otras regiones, como dan cuenta las piedras de características morfológicas traídas del río Magdalena. Ellos elaboraron herramientas con una tecnología usada para una agricultura primigenia.

El Simposio de Arqueología del Oriente, además estuvo transversalizado por ponencias que trajeron a colación historias de la colonia en la subregión y las formas de ocupación del territorio, haciendo énfasis en los oficios y saberes que se desarrollaron durante siglos. De igual manera, se trajo a colación los avances del estudio de arqueología industrial de una antigua fábrica de cerámica, que permitió vislumbrar materialidades de esos fragmentos cerámicos, de lo que pudo ser el primer horno panal del municipio y de esas primeras pinceladas azul cobalto, que permiten seguir construyendo la historia de un saber que sigue elaborándose en la actualidad.

Estos espacios son un recordatorio de que el pasado se va construyendo por medio de esos fragmentos y materialidades de los que podemos ir formando un mosaico que trae al presente historias de nuestro territorio y de sus antiguos pobladores alrededor de sus saberes y las formas de habitar los espacios. Es un hilo conductor que nos recuerda que no existe acción sin reacción y que desde que existimos como especie hemos sido movimiento y un producto evolutivo de cambios rápidos.

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