Noticias

¡Ay, cito! Acordarte de que ese año no hubo Gesto Noble. Al principio, eI Festival de teatro no se celebraba anualmente. ¡Hacé memoria! ¿No será más bien que tu primer año en el Gesto fue otro?

Al igual que para vos, este fue el primer Gesto Noble de amigos que serían grandes protagonistas de la historia de nuestro Festival. Qué le hace que ese año nos hayan acompañado no más como espectadores; el doctor Cristóbal Peláez, don Javier Jurado o nada más ni nada menos que Ramiro Tejada no se demoraron en traer a los escenarios del municipio sus propias obras aún sorprendidos por ese entusiasmo con que el público acogió desde un principio las obras del Festival.

¿Y qué sería de nuestro Festival sin todas esas personas que nos lo han alcahueteado? ¿Te acordás de que la Personería jugó un papel fundamental en él, gracias al apoyo de Helí Gómez Osorio? Él apostó por el arte y la cultura; tan divino que era don Helí; ¡cómo unía las sesiones del concejo con las obras de teatro! Desde que nos lo quitaron, le honramos memoria cada año en El Gesto Noble.

¡Ay, cito! Acordate de que ese año no hubo Gesto Noble. Al principio, eI Festival de teatro no se celebraba anualmente. ¡Hacé memoria! ¿No será más bien que tu primer año en el Gesto fue otro?

¡Ay, cito! Acordate de que ese año no hubo Gesto Noble. Al principio, eI Festival de teatro no se celebraba anualmente. ¡Hacé memoria! ¿No será más bien que tu primer año en el Gesto fue otro?

¡Felicitaciones! Sos uno de los fundadores del Festival. Vos sabes que todavía faltaban muchos años para que el Gesto Noble fuera bautizado. En su primera versión le pusimos «Festival de Teatro de El Carmen de Viboral». ¿Vos te diste cuenta de que esta edición se realizó con un presupuesto de 180.000 pesos? ¡Eh, eso sí que es teatro a precio de huevo!

¡Felicitaciones! Sos uno de los fundadores del Festival. Ya desde la primera edición, y gracias a esa gente tan hermosa que formó Margirreales, el desfile de comparsas del Gesto hizo que las calles de El Carmen se llenaran de música; las fachadas de las calles, de color; los rostros de los curiosos, de maquillaje; y el corazón de los primeros espectadores de amor por las artes escénicas. ¡Ay, que belleza! Sacame un pañuelo que me lagrimeo.