¡No te pierdas la película de hoy en nuestro cine foro! 2da Temporada.

Ciclo de cine ” Notas cinematográficas para un discurso amoroso” Segunda Temporada. 

Yo, tu, el, ella. Título original: Je, tu, il, elle

 

 

Ficha técnica:
Dirección: Chantal Akerman
Guión: Chantal Akerman, Eric de Kuyper, Paul Paguay
Dirección: Chantal Akerman
Cámara: Bénédicte Delesalle, Renelde Dupont, Charlotte Szlovak
Reparto: Chantal Akerman (Julie), Niels Arestrup (el camionero), Claire Wauthion (la novia)
Año: 1974
Blanco & Negro
País: Bélgica-Francia
Duración: 1:30 minutos

Comentario:
Chantal Akerman, cineasta, escritora, artista plástica, documentalista. En el conjunto de sus películas, Akerman no hizo concesiones con el cine que suele circular en las salas lo que le dio la libertad suficiente para moverse entre medios más híbridos y experimentales como la plástica, el performance, el documental al igual que su colega Agnes Varda, reinventado de forma inagotable el lenguaje audiovisual. Sin embargo, el cine de Akerman se distingue por una fuerza más intimista que se desplaza hacia la memoria (al ser hija de sobrevivientes del Holocausto), el paso del tiempo, las carreteras, las habitaciones y la sexualidad, elementos más próximos al diario y al autorretrato que a una puesta en escena funcional y narrativa. Akerman acentuó el flujo temporal en el plano, en su mayoría planos largos sin cortes, brindando al espectador un espesor del tiempo en la imagen como si se tratara de cuadros o pinturas vivas en las que sutilmente vamos percibiendo cambios y acciones nimios que se convierten en un performance entre la cámara, el espacio y el personaje. Con el título, Yo, tu, el, ella, Akerman delimita la estructura segmentaria de la película y cada uno de los encuentros que intervienen en ella. En el primero, “yo”, es el tiempo de la subjetividad, la misma directora se pone frente a la cámara, interpretando a Julie, una joven que experimenta la soledad y desacomodo de una ruptura amorosa de la que no sabemos nada pero vemos sus huellas a través de las repeticiones neuróticas en el espacio íntimo de la habitación: mover objetos, desnudarse, escribir. En este espacio íntimo Julie escribe una carta que es leída en voz en off, en la que hace comparecer ese “tu” fuera de campo que compromete el desasosiego y el impulso de dar una explicación. El segundo segmento, en exteriores, lejos de la habitación, es el tiempo de la otredad, el encuentro con un joven camionero con el que comparte la deriva de la carretera, los tiempos muertos durante las paradas en restaurantes y los relatos de aventuras sexuales. Finalmente, un tercer tiempo culmina con el reencuentro con el sujeto amado, reencuentro con pocas palabras que no da explicaciones ni al espectador ni entre los personajes para dejar fluir una de las escenas lésbicas más reveladoras de la historia del cine, una lucha corporal en la que el placer y la ternura se expanden más allá de la culminación orgásmica o los gemidos estereotipados del placer femenino explotados por el cine pornográfico.

Tomado de www.grupokinoks.blogspot.com

Apreciaciones cinematográficas realizadas por: Paula Toro – Grupo Kinoks

 

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