La sombra/que proyecta/ el ave/sobre el paisaje/acaso/también pájaro/de silencio y luz oscura.
Poema de Mario Acevedo Acebedo
Escrito por: Grupo Kinoks
Los animales aparecen de manera reciente en la filosofía como una señal de alerta para pensar los “humanismos” que han dado centralidad a lo humano como “propietario” de lo viviente. Centro de la physis, el animal-humano hace de la vida un recurso para su utilidad o beneficio. En este sentido, Ciorán muestra cómo el hombre se hace llamar “mortal”, dice el profesor Gustavo Romero, y con ello reclama la exclusividad de un sufrimiento “más digno”, un derecho que en términos biopolíticos se convierte en formas de administración de la muerte.
Pero, más allá de los discursos reivindicativos actuales sobre el animal, la cuestión de la animalidad nos recuerda Jacques Derrida, no puede ser tributario de un pensar antropocéntrico; la oposición humano-animal marca una barra estructural con la noción de naturaleza que es necesario pasar por la deconstrucción de la lógica binaria, la misma que dificulta la consideración del animal como alteridad. Alteridad no sólo como modo de lo viviente “extraño” al modo de ser vida de lo humano, sino también como alteridad en el humano mismo.
Gilles Deleuze pensará el devenir animal desde una relación en donde la alteridad animal es la que entra a configurar su otro radical en nosotros, sin comparaciones o identificaciones, sin la noción de semejanza. El devenir animal no parte del homo, sino del animal en nosotros. Se deviene animal para ser afectados por su potencia no humana. Por otra parte, para Los cínicos, llamados los filósofos “perros”, hay que practicar la mordedura para salvar al animal humano de las convenciones que fijan la vida; gruñir con fuerza como un lobo, diría Emil Ciorán, para descomponer, justamente, las barreras que separan lo humano de su animalidad.
George Bataille tampoco pensó la animalidad desde el sujeto, ni desde el objeto, por el contrario, nos abrió a relaciones inmanentes; llama experiencia interior a esta apertura. Nosotros hacemos parte del flujo animal en tanto abiertos a la continuidad; deja atrás al sujeto y a la razón, que son discontinuos, con tal acto de apertura definida como la operación soberana, nos recuerda que el animal está en el mundo como el agua en el agua, a la manera en que Rainer M. Rilke en la Octava elegía, afirma que la criatura mira con todos los ojos lo abierto. Solo accedemos, en raros instantes, a ese flujo de la vida que pasa de uno a otro, la entrada en la inmanencia de la que somos apenas una ola entre las olas. ¿Puede ser esto posible? Es la pregunta de la cual aún no sabemos nada.
En el Decimonoveno Foro Anual de Filosofía Stoa intentamos reunir miradas que desde los estudios contemporáneos trazan enclaves sobre el giro animal y la pregunta acerca de los límites de lo humano, en filósofos como Heráclito, Los cínicos, Aristóteles, Gómez Pereira, Montaigne, Nietzsche, Bataille, Derrida, Deleuze, Morton, entre otros. Pero también, estudios que piensan la animalidad en colaboración con los artistas, aquellos que a su vez han pensado con los animales o mejor, han devenido animal en la obra. Para ello, invitados e invitadas a este foro repasarán las obras de: Clarice Lispector, Franz Kafka, Coetzee, Lezama Lima, Mario Escobar Velásquez, o los poetas Rilke, Rubén Dario, Ted Huhgues, además de artistas como Marc, Guericault, Wein, von Bresslern-Roth o el maestro Santiago García.
Ver y descargar: Programación Decimonoveno Foro Anual de Filosofía STOA – 2024.