La llama sonora: El festival Víboral Rock y su trascendencia cultural

La llama sonora: El Festival Víboral Rock y su trascendencia cultural

Por Elizabeth Jiménez Gómez

Desde su creación y primera versión en el año 2005 hasta su decimotercera versión en el 2022, el Festival Víboral Rock ha buscado dentro de sus propósitos servir como una iniciativa de arqueología sonora del origen y la consolidación del rock local y nacional, como puente de interacción sonora del rock con la vida cotidiana; el rock y su experiencia, el rock y sus efectos sociales, el rock como campo de producción cultural.
Dichas aspiraciones han significado por supuesto grandes desafíos. Intentar convertirse en un laboratorio cultural, procurando ir más allá incluso de servir como tribuna para los artistas, supone darle una significación más amplia a sus expresiones más generales, no en vano se procura reflexionar la cultura rock y no esencialmente los grupos o géneros musicales en específico. Gracias a esto, es que precisamente, el festival ha sido relativamente inmune a las habituales fluctuaciones históricas.
Revisando los rastros del festival, es valioso recordar que este proyecto nació justamente como un intento por ampliar las posibilidades de constituir un oído social para el rock, para analizar la construcción de la voz del rock en la región, teniendo como telón de fondo el marco de una época difícil y adversa para quienes ya expresaban identificaciones evidentes con las manifestaciones del rock y su actividad musical. Así surgió el Víboral Rock, en un esfuerzo por la conformación misma de campos de reconocimiento o espacios sociales a partir del sonido. Un festival como escenario para la comprensión del sentido amplificado de la percepción sonora del rock, una apuesta por instaurar un nuevo mundo sonoro para El Carmen de Viboral.
De ahí radica su fuerza, de ver en un estilo musical una cultura, una consistencia, un lenguaje y sobre todo, una voz. No obstante, es la voz lo que determina el rock, donde el rock especialmente se define como género musical, lo que constituye su estética, su personalidad. La voz es expresión del cuerpo del rock y el rock es lo que le devuelve el cuerpo a la música. La voz en el rock es un asombroso, primitivo y místico sistema de comunicación, que característicamente se ha establecido como “grito”.
Gritar, hablando del rock, no es solo una onda irregular que aturde, está más allá de una violencia primigenia, se acerca a ser más una señal solitaria que confirma una colisión con el mundo establecido. Gritamos porque el mundo grita, pero preferimos que nuestro grito sea más reactivo con lo real. La voz en el rock y en el Víboral Rock es más que la interiorización acústica de un exterior que puede ser ensordecedor, es también la voz de la tormenta, del trueno, la roca despeñada, el rugido de las fieras, la caída del árbol. Y, aun así, sigue siendo más, es una forma peculiar de imitar la propia naturaleza y de procurar trascenderla.
La voz del rock es la posibilidad de expresar a través del sonido lo intangible, evanescente y en otras, lo inalcanzable. De ver en el rock un pensar esperanzado, transformador y más aún un posibilitador de pensamiento, crítica e imaginación.
El rock, el punk y el metal, desde sus comienzos en el festival siempre han representado su devenir, sus modos de ser, su personalidad, el desarrollo de una sensibilidad particular, de un pensamiento, una virtud moral y en definitiva, un acto político: la inmersión hacia la exploración de sí mismo y que sin embargo se trata de una exploración social, para captar y expresar un movimiento ante el mundo, uno que fulgura en cada uno, para luego ascender de él en forma de música, de expresión colectiva, de llama sonora.
El festival Viboral Rock y su música, busca adquirir esa facultad, la capacidad de facilitar estados catárticos y de conseguir una armonía, no solo entendida como proporción de las partes de un todo, sino también como un lenguaje común, un idioma, capaz de transmitir concordia desde su crudeza.
Para nosotros, el rock es cultura porque permite expresar pasiones frenéticas a través de sonidos fuertes y contundentes como en una eterna contraposición de fuerzas contrarias, es decir, nos permite encontrar el equilibrio a través de los sonidos y las voces más feroces de nuestro entorno. El festival Víboral Rock como otras expresiones culturales del municipio, viene siendo desde hace mucho tiempo un grito de independencia, un campo de producción cultural, entretejido entre una gran cantidad de personas con visiones particulares del mundo. Eso es lo que expresa, esa es su trascendencia cultural.

Ir al contenido