¡No te pierdas la película de hoy en nuestro cine foro! Sábado 24 de agosto

Ciclo de cine ” Notas cinematográficas para un discurso amoroso” Segunda Temporada. 

Notorious (Encadenados)

 

Ficha técnica:
Dirección y producción: Alfred Hitchcock
Guión: Ben Hecht
Cámara: Ted Tetzlaff
Montaje: Theron Warth
Música: Roy Webb
Reparto: Cary Grant (T.R Devlin), Ingrid Bergman (Alicia Huberman), Claude Rains (Alexander Sebastian).
Año: 1946 Blanco & Negro País: USA
Duración: 1:41 minutos

Comentario:
Esta película sigue siendo una joya, y lo que podríamos considerar sin prevenciones, es que se trata de cine clásico, en un portentoso blanco y negro, sin locaciones reales, hecha en estudios. Por supuesto, Hitchcock empleó el color, el paisaje urbano al natural, tal y como lo hizo en Vértigo, pero aquí lo más potente es que está construida como un cine de cámara, sus prodigios están en la filmación en circuito cerrado para hacer visible el rostro, el gesto y sus ambigüedades; la luz, las intenciones, la sospecha. Podría el espectador suponer que en el viejo esquema Hollywoodense del espionaje, sean justamente los norteamericanos los que se insertan a la historia como los salvadores, sin embargo Hitchcock se sale con la suya, con su humor negro y su análisis de los afectos en un medio siniestro. Con toques punzantes devela el fondo de las intrigas políticas, su sedimento psicológico, el corazón delator y ante todo, le da a Alicia Huberman, interpretado magistralmente por Ingrid Bergman, el alma del film, como Madelene en Vértigo o Lisa en La Ventana indiscreta, donde lo femenino recala en las intenciones ambivalentes de los hombres y traspasa la barrera de los prejuicios, de la incapacidad de amar y de la grotesca manipulación familiar y social. El crimen siempre es regalado a alguien para mostrar el fondo de las cosas en una estructura de tapiz, encadenada a los hilos de la trama cuyo tejido no busca satisfacer el desenlace en términos policíacos, antes bien, estos elementos de la intriga pasan a segundo plano ante el orden afectivo que subyace al suspense. Es así que los índices se muestran como una epifanía del psiquismo, de la falsedad de las buenas intenciones, del carácter de figurín que ocupan los hombres, incluso si se vale de los esquemas o los tipos establecidos por el cine clásico: hombres audaces, altos, garbosos, astutos, activos, encarnado en este caso por Cary Grant. Signos, señales, índices de una incapacidad para acceder al objeto de deseo o de amor que se manifiestan por el prodigio técnico de la cámara para que el suspense aparentemente gire en torno a la intriga política, el crimen o a la buena conciencia del americano frente al fascista alemán. El amor es el último signo y el centro irradiante de una incapacidad disfrazada de audacia, y la mujer, sin sucumbir a la aniquilación fríamente calculada, sobrevive de entre los muertos. Es ahí donde hay que develar la incógnita que bordea la película hasta el plano final: las escaleras, la bodega, la botella de vino, las llaves, la tasa de café, el vaso iluminado, el inolvidable beso y un cameo de Hitchcock tomándose una copa como otro elemento más del siniestro escenario.

Tomado de www.grupokinoks.blogspot.com – Apreciaciones cinematográficas realizadas por: Paula Toro y Ricado Ospina – Grupo Kinoks

 

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