Ciclo de cine ” Notas cinematográficas para un discurso amoroso” Segunda Temporada.
Ese oscuro objeto del deseo
Ficha técnica:
Dirección: Luis Buñuel
Guión: Jean-Claude Carrière y Luis Buñuel (adaptación de la novela de Pierre Louÿs La mujer y el pelele)
Cámara: Edmon Richard
Montaje:
Hélène Plemiannikov
Música: Richard Wagner
Producción: Serge Silberman
Reparto: Fernando Rey (Mateo Faber), Carole Buquet (Conchita), Ángela Molina (Conchita).
Año: 1977. Color. País: Francia-España. Duración: 1:45 minutos.
Comentario:
El mundo de Luis Buñuel es el mundo de las pulsiones. Una pulsión no es un afecto, una pulsión es una invasión de un mundo irracional; detrás del amor o el deseo yace una atracción perturbadora y no una expresión afectiva. La pulsión tampoco se confunde con los sentimientos o las emociones que regulan o desarreglan un comportamiento. En el mundo de las pulsiones explorado por el cine de Buñuel, cabe lo onírico, lo surreal, pero también lo sacro y lo profano; los personajes son como animales: el hombre de salón, el amante, la virgen, la prostituta, el macho cabrío, la mujer subyugante, el santo, el esclavo, el libertino, el pobre, el ciego. Todo bajo el ciclo de una repetición como en la película El discreto encanto de la burguesía, donde el aplazamiento infinito del almuerzo prosigue su camino de degradación a través de todos los medios que la película cierra sobre los personajes y sus actos. Y en El ángel exterminador, la ley de la “mala repetición” tomando de Kierkegaard, mantiene a los invitados encerrados en la habitación mientras un mundo originario y degradante los va invadiendo, al revelarles su lado pulsional, siempre en busca de la repetición necesaria que los devuelva por fin al mundo exterior. Se trata de escenas, ciclos, de una estructura circular que muchas veces se abre al afuera como si nada hubiese sucedido. En Ese oscuro objeto del deseo, lo real y lo irracional, en el montaje onírico de Buñuel, es en un círculo que recomienza, aquí el amor es atravesado por la pulsión sadomasoquista y la irrupción brutal de lo insensato como es el caso de los supuestos atentados terroristas que suceden sin explicación en el fondo de la trama de la pareja que a su vez no consuma el acto carnal anhelado, las explosiones se repiten e introducen la misma irracionalidad que guía el deseo insaciable de Mateo hacia Conchita, personaje femenino interpretado por dos actrices distintas y que remite al órgano sexual, es la mujer ídolo que entroniza el ambiguo papel de ama y señora del varón rico, esclavizado y detenido ante su inalcanzable deseo. La caracterización del mismo personaje por las actrices Carol Bouquet (francesa), y Ángela Molina (española), subraya de manera brillante el universo pulsional y ambiguo que engloba la atracción erótica llevándola hacia su lado más cómico y absurdo. Las secuencias en el vagón del tren sirven de hilo de construcción de la historia mientras Mateo va del pasado al presente, contando su triste desventura amorosa a sus acompañantes desconocidos en el vagón, siguiendo la frase del escritor protugués Eça de Queirós: “Lo que no se puede contar a un amigo o a una esposa, se lo puede contar a un desconocido”, anunciada por otro director cercano a Buñuel Manuel de Oliveira en la película Singularidades de una chica rubia.
Tomado de www.grupokinoks.blogspot.com
Apreciaciones cinematográficas realizadas por: Paula Toro y Ricado Ospina – Grupo Kinoks